Los residentes Alameda, una ciudad del área de la bahía de San Francisco acudieron en masa a una gasolinera abandonada para oler una flor muerta, llamada así por el hedor que emite cuando florece, después de que su propietario decidiera compartir la planta rara con sus vecinos.

Solomon Leyva, propietario de un vivero en Alameda que comercia con plantas excepcionalmente raras, había estado publicando en las redes sociales sobre su amorphophallus titanum. Cuando vio mucho interés en la flor gigante, decidió compartir la planta rara con sus vecinos.

Leyva la llevó al edificio abandonado a principios de esta semana, donde una fila de personas se extendía por la cuadra durante la mayor parte del día, informó el San Francisco Chronicle.

La olorosa planta es conocida por atraer multitudes. Según The Guardian, las oleadas de visitantes a la apertura de una flor de cadáver en el jardín botánico de Nueva York en 2016 describieron su aroma, de forma variable, como “asqueroso”, “peor que mil vómitos” y “exactamente como las calles de Bushwick”.

La flor del cadáver es extremadamente rara, con menos de 1,000 ejemplares restantes en la naturaleza, según el Jardín Botánico de Estados Unidos. Puede crecer hasta 12 pies de altura y tarda alrededor de una década en florecer, tiempo durante el cual libera su olor inusual para atraer a los polinizadores y luego muere en unos pocos días.