El Presidente filino Rodrigo Duterte ha sido conocido en el mundo entero por su duro combate al narcotráfico pero tiene un serio problema político ya que su hijo Paolo Duterte tuvo que declarar en el Senado, asegurando que no tiene nada que ver con redes de tráfico de drogas.

Según medios de Filipinas, Paolo, de 42 años, se presentó ante una instancia del Congreso que investiga la introducción de metanfetaminas por un valor equivalente a 125 millones de dolares.

La comisión del Senado investiga particularmente las eventuales conexiones entre oficiales y personal de Aduanas con la internación del cargamento de drogas.

Como si no fuera poco el escándalo, en la misma instancia declaró el abogado Manases Carpio, que está casado con una de las hijas de Rodrigo Duterte.

Según el diario Inquirer ambos parientes del mandatario negaron cualquier ligazón en el hecho ilegal, en el cual fueron involucrados tras una declaración de dos funcionarios de las aduanas filipinas.

Hay que recordar que la campaña antidrogas del Presidente Duterte ha causado más de siete mil muertos en Filipinas, por lo que ha sido duramente cuestionado por organismos de Derechos Humanos.

Duterte manifestó que renunciará a la presidencia del archipiélago si se comprueba cualquier vínculo entre miembros de su familia y bandas de drogas.